Hacia 1954 se coloca la primera piedra del santuario, donde en la actualidad se reúnen los visitantes para compartir la eucaristía
Es uno de los poblados más representativos de la capital; sin embargo, sólo en la temporada de festejo en honor a la Virgen de Suyapa se convierte en la atracción de miles de feligreses y turistas.Así es la aldea de Suyapa, el lugar que recibió a la estatuilla de la virgen morena hace más de 250 años. Los pobladores aún conservan el ambiente de tranquilidad y armonía característica de los poblados del interior del país, pese a que la comunidad esta ubicada a unos ocho kilómetros del centro de la ciudad.El nombre de Suyapa es sinónimo de antigüedad, pues según los historiadores se deriva de la palabra Coyapa, que significa “en el agua de las palmeras”.
En 1747, en la aldea sólo había unas 25 viviendas, construidas en su mayoría de bahareque, con amplios corredores. Prueba de ello es que la casa donde se veneraba a la virgen sólo medía 14 varas y tres cuartos de largo por ocho varas y una cuarta de ancho.Los vecinos se dedicaban al cultivo de la tierra y la ganadería. A diario se trasladaban hacia el sector de El Piligüin, donde tenían las tierras para el cultivo y la cría de animales, y desde ese lugar acarreaban leña para los fogones y trasladaban sus cosechas.Pedro Hernández, vecino del lugar desde hace más de 60 años, manifestó que cada año que se celebra la conmemoración del hallazgo de la imagen de la virgen, para los pobladores de la aldea significa alegría, devoción y caridad.“Nosotros desde niños somos testigos de la caridad y el respeto hacia los demás, pues, desde que apareció la virgen, los antepasados prestaron sus viviendas para acoger a los peregrinos que llegaban hasta la ermita para ofrecer sus ofrendas”, dijo Hernández.El caserío, con el paso del tiempo, se ha poblado con más de 400 viviendas, edificadas de diferentes materiales, como ladrillo, adobe y bloques. En sus alrededores han surgido varias colonias: El Hato de Enmedio, El Trapiche, Nueva Suyapa, Flores de Oriente, Villa Olímpica y Prados Universitarios
LOS VISITANTESA tan sólo cinco días de haber iniciado la celebración, más de 10 mil creyentes se han acercado a la basílica para celebrar la eucaristía y para dar sus ofrendas por los favores recibidos. Desde hace 258 años, la Virgen de Suyapa es la imagen de la fe católica hondureña. El santuario de Suyapa y la ermita han sido testigos de las diferentes romerías, serenatas y eucaristías, realizadas por los creyentes católicos, quienes llegan de diferentes países para pagar sus promesas. El día de hoy llegan los peregrinos de Santa Ana, San Miguelito, Alubarén, Curarén, Reitoca, La Venta y Sabanagrande. LUGARES DE ESTANCIA DE LA IMAGEN En sus inicios, la imagen estuvo custodiada por la familia de Alejandro Colindres. Treinta años más tarde se construye la ermita, que tiene 93 metros de longitud; las torres miden 43 metros y la cúpula alcanza los 46 metros de altura.Hacia 1954 se coloca la primera piedra del santuario, donde en la actualidad se reúnen los visitantes para compartir la eucaristía. El edificio tiene capacidad para albergar a más de 10 mil personas.La imagen de Suyapa es una diminuta escultura de madera de cedro, de 6.5 centímetros de alto, de tez morena, su rostro es de forma oval, de mejillas redondas, nariz fina y boca pequeña y en sus ojos hay algunos rasgos indígenas.Hermer Sorto, rector de la basílica de Suyapa, expresó que en la actualidad las ofrendas de oro y plata que realizan los fieles son utilizadas para elaborar la corona que carga la imagen o los rayos que rodean su figura en forma de un ocho. ”Hace varios años, estos regalos eran colocados cerca de la virgen, pero había personas que tomaban los presentes y los vendían para su propio beneficio, situación que las autoridades eclesiales descubrieron y de inmediato se decide utilizarlas para adornar la imagen”, dijo Sorto.

martes, 10 de marzo de 2009
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